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Trabajador con su portátil

Jornada de trabajo: tipos y cómo impulsan nuestro employer branding

La jornada de trabajo es uno de los ejes sobre el que gira cualquier relación contractual. Y también otras cuestiones como la remuneración, la productividad, la gestión del tiempo… La jornada laboral es incluso, a día de hoy, uno de los puntos de debate en torno a la conciliación laboral. De hecho, ya son varias las voces dentro de los agentes políticos y sociales que reclaman la generalización de modelos como la jornada laboral de cuatro días 

Como vemos, se trata de una figura con muchas ramificaciones. Y, sobre todo, con muchas características dependiendo de la tipología que presente. Despejar las dudas en torno a esta cuestión es el objetivo del presente artículo. En él te vamos a informar sobre la definición de jornada de trabajo, los diferentes tipos y sus características. Y, por supuesto, cómo gestionarla desde Recursos Humanos. 

¿Qué diferencia hay entre jornada laboral y horario laboral? 

Comencemos por las aclaraciones conceptuales. Sobre todo porque, a menudo, se suele confundir el concepto de jornada de trabajo con horario laboral. Técnicamente, tal y como estipula el Estatuto de los Trabajadores, la jornada laboral es el número de horas que un empleado desarrolla en un periodo de tiempo determinado. 

Algo muy diferente a lo que supone el horario laboral, dado que éste no es más que las horas transcurridas entre la entrada y la salida. Por supuesto, también incluyendo los descansos, siempre y cuando éstos sean considerados tiempo efectivo de trabajo. Sobre esta cuestión en particular, y los descansos en el trabajo en general, hemos dedicado un artículo. 

Jornada laboral

¿Por qué la jornada de 4 días y la jornada a la carta no son tipos de jornada laboral? 

La jornada a la carta y la jornada de 4 días suelen confundirse con tipos de jornada, aunque no lo son. Sin duda la confusión viene dada por la nomenclatura, por lo demás, algo imprecisa. Y es que la jornada laboral de 4 días no deja de ser una mera distribución de horas que posibilita que los viernes queden despejados o con menos horas de trabajo. Ello viene dado porque a lo largo de la semana se han incrementado dentro de la jornada las horas para poder salir antes el viernes. 

Con la denominada “jornada a la carta” consagrada por el Real Decreto 6/2019, ocurre algo parecido. No es un tipo de jornada, sino la posibilidad permitida por la ley de brindar flexibilidad horaria en diversos formatos. Entraremos en ello con mayor detalle más adelante. 

¿A qué áreas de la empresa afecta una jornada de trabajo? 

Como apuntábamos en la introducción, la jornada laboral es mucho más que una figura que determina las horas con el que un trabajador presta sus servicios durante un periodo de tiempo determinado. Es decir, no la tipología de jornada no sólo alude a la productividad de una empresa. De hecho, la jornada de trabajo tiene implicaciones que van mucho más allá. Te comentamos sus dimensiones más importantes.

Oficina con empleados 

Dimensiones de la jornada de trabajo desde Recursos Humanos 

  • Política de flexibilidad horaria de una empresa: La jornada laboral se está convirtiendo en uno de los pilares en torno a la flexibilidad horaria. Muchos especialistas en RRHH afirman que el optar por según qué tipo de jornadas laborales puede formar parte de una política empresarial sobre la flexibilidad horaria. De hecho, poco a poco jornadas como la intensiva o la jornada laboral de 4 días están cogiendo fuerza. En este artículo te comentábamos qué opciones de jornada laboral fomentan la flexibilidad horaria. 
  • Estrategia de conciliación laboral: De manera similar al anterior punto, una tipología u otra de jornada de trabajo puede impulsar nuestra estrategia de conciliación laboral. A menudo suelen concretarse con jornadas reducidas, en el caso de que existan obligaciones familiares, o la jornada laboral de 4 días. Un formato que permite un fin de semana “largo”. 
  • Cumplimiento de las leyes: En ocasiones, el tipo de jornada puede venir impuesto por el cumplimiento de las leyes. Aunque la ley permite un rango amplio de reducción, con un mínimo o un máximo, es habitual que se concrete en facilitar al trabajador una media jornada. Como te explicábamos en este artículo sobre la reducción de jornada, si un empleado nos pide una disminución de horas la empresa está obligado a concederlo siempre y cuando se cumplan los supuestos contemplados por la ley. 
  • Employer branding: O, dicho de otro modo, la marca empleadora. Se trata de la imagen que nuestra empresa proyecta como lugar para trabajar. Se fundamenta principalmente en las percepciones de los trabajadores. Hoy en día, un employer branding potente se apoya en la flexibilidad horaria y en las opciones de conciliación laboral. Por tanto, una buena política de tipos de jornada de trabajo puede ayudarnos a impulsar nuestra marca empleadora. 

Tipos de jornada de trabajo que favorecen el employer branding 

A la luz de lo visto anteriormente, unos tipos de jornada se prefiguran como más indicados que otros a la hora de favorecer la flexibilidad horaria y la conciliación en nuestra empresa. Primero de todo, repasemos cuáles son los tipos de jornada básicos: 

  • Jornada completa: La cual puede ser intensiva o partida 
  • Jornada parcial: También conocida como “media jornada” 
  • Parcial por horas: Muy determinada por las necesidades productivas. 
  • Jornada laboral reducida: Se produce con el objeto de favorecer la conciliación laboral a instancias del trabajador. También puede haber una reducción de jornada a instancias de la empresa, aunque por factores productivos, económicos, técnicos y de organización. 
  • Jornada nocturna: La más desaconsejable en términos de conciliación. De hecho, existe en buena parte por las necesidades productivas de cada empresa. 

Vacaciones a trabajadores

Ahora abordemos cuáles son las más propicias a potenciar nuestro employer branding. Sin duda, el formato de jornada completa que está teniendo más apoyos actualmente es la jornada completa intensiva. De hecho, las jornadas partidas tan comunes en España son una inercia de décadas pasadas, cuando el pluriempleo era una realidad muy habitual. Sin embargo, a día de hoy, una jornada intensiva es mucho más favorecedora a la conciliación. Además, los trabajadores la perciben positivamente, por lo que implantarla en nuestra empresa  favorecerá la captación y retención de talento. 

Asimismo, la jornada parcial también es muy apreciada por algunos profesionales. Sobre todo aquellos que buscan no sacrificar su vida personal (especialmente la crianza de los hijos) por el trabajo. O que desean compatibilizar ambas dimensiones. Algo parecido ocurre en los trabajadores que se encuentran en una situación de estudiar y trabajar. El ofertar este tipo de jornadas puede ayudarnos a contar con talento cualificado. Aunque no siempre es posible, porque cada empresa tiene sus necesidades específicas. 

La jornada de trabajo de 4 días 

Se trata de una opción que, como te comentábamos anteriormente, no es propiamente un tipo de jornada. Es una distribución de horas. Se trata de una opción muy deseada por los trabajadores, aunque sigue rodeada de controversia. Para algunos es una modalidad que reduce la productividad. Aunque no faltan los que opinan que es el presencialismo, tan afín a la cultura del trabajo en España, el factor que verdaderamente impacta en la productividad. Con todo, hay que evaluar muy bien la posibilidad de implantarla en nuestra empresa. Y es que no todas las empresas permiten este tipo de distribución de horas. A continuación te mostramos los elementos que deberás valorar para decidir si es conveniente para tu empresa: 

  • -Puede presentar dificultades dependiendo de la actividad de la empresa 
  • -Es posible que presente disfunciones operativas con proveedores que no cuentan con esta modalidad de distribución de horas 
  • -No siempre se adapta a las necesidades del cliente (en el caso concreto del comercio o la hostelería) 
  • -Puede generar resistencias en la cultura empresarial 

Trabajador satisfecho

La jornada a la carta 

Otra modalidad refrendada por la ley que, sin embargo, tampoco es una jornada en sentido estricto. Se basa en fórmulas que podemos adoptar para favorecer la flexibilidad horaria y la conciliación. Las modalidades de esta jornada a la carta respaldadas por la ley son las siguientes: 

  • Adaptación de la duración de jornada: Específicamente mediante el recurso legal de la reducción de jornada. 
  • Distribución de jornada: Concretamente acogiéndose a la modalidad de bolsa de horas o redefinición de los turnos de trabajo. 
  • Facilidades en la prestación del trabajo: Muy centradas en facilitar el teletrabajo. 

Las tres opciones son viables y se puede escoger o combinar de la manera más beneficiosa para tu empresa. Eso sí, sea la que sea, es preciso que lleves un registro muy detallado de cada una. Sobre todo a efectos del control horario imperativo por ley. En este sentido, la modalidad más eficaz es un software de control horario. Con él podrás visualizar fácilmente cuál es el estatus de cada trabajador y su jornada. Además, podrás asegurarte de que los trabajadores que se acojan al teletrabajo fichen de manera veraz y segura. 

La perspectiva actual de los trabajadores

Como comentábamos antes, la jornada intensiva se perfila como la más adecuada para fomentar la conciliación. Pero, además, es la más deseada. Y es que los trabajadores están mostrando una preferencia por distribuciones del tiempo en los que el descanso para comer sea lo más reducido posible. En este sentido vale la pena consultar la encuesta elaborada por Hays en torno a este aspecto.

Así, según la encuesta el 60% de los trabajadores opta por una pausa para comer de 45 minutos o menos. Un 29% prefiere una hora, mientras que un 7% se decanta por una hora y media y el 3% restante por dos horas. Por tanto, vemos cómo se va afianzando la preferencia por parte de los empleados por jornadas lo más concentradas posible. Sobre todo teniendo en cuenta que, hasta ahora, las pausas largas eran usadas como recurso de conciliación sui generis, dado que los empleados usaban este intervalo dilatado para realizar recados.

Por otro lado también se presenta la cuestión de cuándo realizar la pausa. En este sentido el 52% de los empleados prefiere hacerlo con flexibilidad. Es decir, que no existan horarios estipulados para comer. El 29% opta por flexibilidad aunque dentro de una franja marcada. Sólo el 19% de los encuestados prefiere un horario inamovible en este sentido.

Los resultados de esta encuesta nos muestra que el cambio en las preferencias de los trabajadores se está afianzando. Cada vez valoran más la conciliación laboral. En este sentido, los Recursos Humanos deberán responder en la medida de lo posible a esta realidad. Y una de las estrategias será la implantación de formatos de jornada que aseguren una mayor flexibilidad.